Fiestas patronales de Bercianos de Valverde

Pregón de agosto de 2014

 
Buenas tardes y bienvenidos.

No es necesario que me presente; en el pueblo, todos nos conocemos.

Hoy, atendiendo la invitación de la Comisión de Festejos y con el solo espíritu de colaboración, me encuentro aquí, ante vosotros, para contaros y recordar retazos de la historia, de la forma de vivir de nuestros ascendientes.

El filósofo griego Aristóteles dijo: “El que no sabe lo que sucedió antes de nacer él, sería siempre un niño”.

Muchas  veces  no  conocemos  la  vida,  las  costumbres  y  tradiciones,  la  historia  de nuestros antepasados, porque nadie no la contó o, sencillamente, porque la vamos olvidando.

Yo tengo cosas que guardo en la memoria, de otras me he informado ya que, como sabéis, soy una más de los tantos que tuvimos que salir a otros lugares para ganarnos el sabroso pan de cada día sin tanto sacrificio, sin tanto esfuerzo.

Si el Señor nos obligó a “ganar el pan con el sudor de la frente”, estas gentes nuestras lo ganaron concretes, no solo con el sudor de la frente, sino el sudor de todo su cuerpo.

Es bonito conocer la historia de nuestros antepasados, conocer como vivieron y cuan importantes fueron dentro de su gran sencillez.

Duros tiempos de lucha, para sobrevivir y muchas enseñanzas que nos dejaron para esta vida que se parece a una noria que sube y baja. Eran felices con poco, a veces con casi nada.

En los días que vivimos, cuando la noria baja, tal vez nos serviría volver los ojos al pasado, coger las llaves de sus enseñanzas y echar a andar buscando nuevos caminos.

Tal vez no podamos evitar que los pájaros de la tristeza sobrevuelen nuestras cabezas ante las contrariedades; pero sí podemos evitar que aniden en nuestro corazón.

Aquellas gentes también necesitaban un mínimo de descanso para reposo del cuerpo y meditación para el alma. De ahí sus celebraciones festivas, sus tradiciones costumbristas.

Como considero que es bueno que nada quede oculto bajo el silencio del olvido, deseo exponer recuerdos que mantengo, ya un tanto lejanos de las costumbres de las gentes de nuestro pueblo.

Las veladas en las largas noches invernales, a la lumbre, calor entrañable del fuego, calefacción natural, gente reunida en torno a la chimenea, a la luz del candil, del farol, del carburo o de las velas, cuando aún no había luz eléctrica. Tejían, cosían, hilaban. Se departía de la vida y sus momentos de alegría o de tristeza. Del buen o del mal tiempo; se contaban historias cotidianas.

Se compartían el pan y el vino cosechados de la tierra. Se cantaba y bailaba. Se rezaba el rosario. Se hacía música con morteros, almireces, tapaderas, sartenes, cucharas, botellas. Todo servía para alegrar la velada. Sin radio ni televisión convertían en amenas y entrañables las largas noches invernales.

La lumbre, con el trashoguero, cocina sana en pucheros o típicos potes o asados a las brasas; sin olvidar los guisos extraordinarios de fiesta en las “enciscadas” cazuelas de


Pereruela. El gallo, la gallina, quizá cordero… todo criado en la casa. Sentados en torno a la mesa, se iban cogiendo tajadas de la misma fuente o cazuela. Bendecían y, a veces, graciosamente recitaban:

 

 Por una voy,

Dos vengáis

Y si venís tres

No os caigáis

 
La matanza también se convertía en fiesta con invitados, familiares y amigos y el pastor. De comida rico cocido con los “pesturejos” del año anterior y ¡¡simbólica cazuela de Pereruela!!

El segundo día, a deshacer el cerdo, las mejores tajadas, a la brasa y a compartir con los vecinos algo de matanza.

 

 Otras costumbres:

En la vendimia las simpáticas y pícaras lagaradas.

Los carriles de paja sigilosamente hechos en la oscuridad de la noche, delatores de idilios amorosos.

El bello ramo cuajado con las mejores cerezas que, en la mágica noche de San Juan, el novio colocaba en lo más alto posible de la casa o en la ventana de la mujer amada.

A veces también ramos de flores y, a veces, tan anónimamente que nunca se sabía de quién se trataba.

 

 Celebraciones religiosas

La Iglesia afirma que es útil y saludable invocar a los Santos y tributarles culto público. En Bercianos el 17 de enero, especial culto a San Antonio. Se procesionaba y se ofrendaban productos del cerdo y del campo como limosna. Se iban colocando en una cesta y posteriormente se subastaban y compraban los vecinos.

El 20 de enero, Fiesta de los Santos Mártires Sebastián y Fabián. Misa cantada por el pueblo; procesión por las calles convertidas por entonces en auténticos barrizales. Portaban a los Santos Mártires hombres y mujeres al  hombro sobre un paño blanco y la plegaria en los labios: “Benditos Mártires, libradnos de pestes y enfermedades”

Novena a la Virgen del Rosario.

La novena, dice la Iglesia también, que es una de las mejores maneras de honrar a los Santos. Se estudian sus virtudes, se medita en los ejemplos de su vida y se les pide su intercesión para nuestras necesidades.

En Bercianos es muy importante la novena a la Virgen de Rosario. Se celebraba y celebra, aunque más sencillamente, para el día de la Ascensión: Novenario de rosarios; misa; versos recitados por las niñas; ramo; roscas y loas cantadas por mozas ataviadas con trajes regionales. Versos escritos generalmente por “poetas” o “poetisas” del pueblo. (Aquí siempre ha habido y sigue habiendo, poetas, poetisas y singulares artistas)

Tal vez alguien recuerde los que decían:


Virgen Santa del Rosario
unas roscas te ofrecemos,

una carta prueba de amor

y afecto que te tenemos.

No es oferta de Rey,

ni tampoco de Señora,

es una oferta pequeña

de unas niñas labradoras.

 

 También procesionaban a la Virgen. La portaba y portan en andas. Cada vecino la cogía cuando pasaba por su puerta y depositaba en la hucha un donativo como ofrenda.

 

 26 de junio.

Importante fecha para Bercianos, San Pelayo, nuestro patrono.

Joven Santo que dicen fue encontrado en la laguna de San Pelayo ya desaparecida. Preside la iglesia en lo más alto del retablo; En estos momentos, en el taller en proceso de restauración. Pronto, las hábiles manos que lo tratan, nos lo devolverán en todo su esplendor. Es una bellísima talla de autor desconocido quien supo plasmar en su obra las maravillas atribuidas al Santo: Belleza, pureza, ternura, candor angelical, fortaliza de espíritu…;  Está vestido elegantemente a la usanza mora. Tal cúmulo de cualidades se hicieron patentes entre los musulmanes. El mismo Abderramán III mandó que se lo llevaran a su presencia y le ofreció vivir suntuosamente, lleno de honras y riquezas, si renegaba de Cristo y reconocía a Mahoma como verdadero profeta. La negativa valiente de Pelayo, enfureció al Emir y mandó someterlo a crueles martirios, danto su vida por Cristo el 26 de junio del año 925. Que el Santo Mártir nos proteja siempre.

 

 25 de julio,

Santiago Apostol, patrón de España.

Todos  a  las  eras  por  la  mañana.  Los  hombres  al  agua  del  Castrón,  con  talegas  y talegotes; las mujeres y los niños fuera con calderos y a meter en ellos los peces que salieran….. Eran otros tiempos….

 

 También recuerdo como en Semana Santa enmudecían las campanas y eran solo el sonar de las carracas las que avisaban de la hora de las celebraciones religiosas.

 

 Bercianos, pueblo labrador que se pasaba el año mirando cada mañana al cielo para soñar despiertos y comenzar, bien temprano, las faenas del campo.

Labraban la tierra para airearla por ambos lados. Los arados tirados por vacas, burros o mulas. Los surcos rectos como rayos.

El sembrador esparcía los granos con la mano a puñados y paso a paso.

Cuando el cereal estaba seco, allá a finales de junio, comenzaba la siega, con hoces, también a mano. Los manojos amontonados en morenas, dando paso al acarreo. Con el carro cargado con hasta 3 vueltas hacia las eras. Allí las medas, la trilla, la parva esperando al viento, el peje, el muelo y a veces a dormir en las eras para cuidarlo, a la luz de la luna y al frescor de la noche. Los granos a las paneras y después hasta el molino para triturarlos y convertirlos en blanca harina que hacendosas mujeres, una vez pasada por el cedado, transformarían en el rico “pan nuestro de cada día”. Hasta el


molino, horas de camino, noches de espera y ecos de “picarescos cantares” en los ue siempre aparecían o el molinero o la molinera. ¡Dios sabe por qué!

 

 Que vengo de moler morena

…. El Molinero que está en las afueras…

 

 Finalmente se recogía la paja en clara noche de luna.

¡¡Bien ganado estaba ya un poco de descanso y diversión!! Nada mejor que la gran fiesta, la fiesta de la Virgen del Rosario.

Fue el Papa Pío V quién instauró su fecha, el 7 de octubre, aniversario de la victoria en la  Batalla  de  Lepanto,  donde  las  fuerzas  cristianas,  al  mando  de  Juan  de Austria, derrotaron a los turcos en el año 1571.

Pío V, promotor de la formación de la Santa Liga, atribuyó la victoria a la intercesión de la Virgen invocada en con el rezo del Santo Rosario y agregó a la letanía del título de Auxilio de los Cristianos.

Recordemos cómo celebraban nuestros mayores la fiesta. Limpiaban la casa y aplicaban con la piñerina que cogían en el campo, la blanca cal a sus paredes. ¡¡Qué agradable olor dejaba el laborioso encalado!!

Sacaban la ropa nueva guardada para ocasiones. Se mandaban confeccionar las prendas que niños y jóvenes estrenarían en la fiesta.

Pensaban en qué se iba a guisar en las “cazuelas de Pereruela” o “pirigüela”, colocadas sobre las trévedes en la lumbre de la chimenea.

 
Triduo y Vigilia. El domingo misa de asistencia encargada y pagada por un devoto quien hacía un altar a su puerta. Procesión con el Santísimo bajo palio y acompañado por los dulzaineros. Parada y bendición en el altar de la puerta.

El segundo día, misa de Difuntos, visita al cementerio. Esto es una pequeña reseña de los actos religiosos.

Pero Bercianos, pueblo bailador donde los haya, gozaba al son de la música de l dulzaina y tamboril.

Generalmente eran 3 músicos contratados por los mozos quienes para darles de comer, se los llevaban a sus casas (había que ahorrar).

Música a todas horas; después de misa, en la plaza. Por la tarde, en el prado hasta el anochecer.

Los viejos danzaban haciendo arte del baile, los cantares, las jotas tan rítmicas, y acompasadas, para satisfacción propia y admiración de otros que, a pesar de los pesares, las fueron transmitiendo hasta nuestros días. Yo misma soy una entusiasta de la cultura popular y las tradiciones.

 

 Las mozas y mozos celebraban sus amores arrullados por los sones embrujadores.

Los niños correteaban alborozados. Eran felices ante el corrito de la tía Ignacia. Con 10 céntimos de peseta y hasta con 5 céntimos, podían, podíamos, comprar confites o cachas o martillos u otras chuches variadas; delicias para los más pequeños.

Pero nuestro sabio pueblo, sabe conservar sus tradiciones y a la vez evolucionar al ritmo marcado por los tiempos, por el mundo que nos rodea, por la vida misma.


Ya no hay que esperar a recoger la era. Los pueblos se van muriendo. Para octubre pocos quedamos de los que vivimos fuera.

Ahora, en agosto, venimos casi todos; el pueblo revive; ¡¡Buena idea!! ¡¡buen momento para celebrar la fiesta!!.

Gracias a los que de alguna manera hacéis posible, NO SIN ESFUERZO, me consta, la celebración de la esperada gran fiesta para disfrute y regocijo de todos. Os lo agradecemos sinceramente. ¡¡Que el entusiasmo no decaiga!!

Ahora permitidme que exponga mis deseos: Deseo que nuestra fiesta sea hermosa y sana

Deseo que sepamos mantener grandes miras

Deseo que dejemos de lado los pequeños roces y nos mantengamos unidos en amor y compañía. (la unión hace la fuerza)

Deseo que abramos nuestras puertas a familiares y amigos. Deseo que seamos felices.

Deseo un RECUERDO ENTRAÑABLE para todos los que ya no están físicamente entre nosotros; SÍ tienen lugar preferente en nuestro corazón.

Termino uniéndome a los versos del poeta:

Veros aquí reunidos
me causa el mayor placer.

Siempre en paz y siempre unidos

os quisiera a todos ver.

 

 ¡¡Felices Fiestas!!

 

 ¡¡Viva Bercianos!!

Isabel García Sastre.